Lun - Vie: 10:00 - 14:00, 17:00-20:30. Sáb: 10:00-14:00​
Rúa Oidor Gregorio Tovar, 36, 15007 A Coruña

Nuestra Historia

FARPOS es más que una tienda; es un legado de pasión y dedicación familiar.

eSENCIA
Y ALMA

FARPOS no es sólo la tienda del barrio, es una tienda con historia y tras todo eso lo verdaderamente importante es la cara de Farpos, Sonia.

Desde pequeña Sonia tenía que arreglar su propia ropa debido a su peso.

Inmediatamente, la costura, el patronaje y la moda se hicieron un lugar en su corazón. 

En 2008, su vínculo con FARPOS se hizo aún más fuerte cuando comenzó a ayudar a su madre en la tienda, con la misma dedicación y cariño con los que siempre había visto trabajar en casa.

 Años después, en 2017, tomó una decisión que marcaría el futuro del negocio familiar: coger el relevo y entregarse por completo a la tienda que la vio crecer.

FARPOS no es solo un comercio. Es el reflejo de una pasión, de una historia de esfuerzo y amor por el oficio.

Ropa de mujer Farpos A Coruña

1986 - Actualidad

NUESTRA
HISTORIA

Corría el año 1986 y España, con paso firme y algo de resaca de la Transición, se consolidaba como una democracia estable. Mientras tanto, en A Coruña, irrumpía la primavera más lluviosa y fría que se conoce.

Pese a estas circunstancias una pareja local decide abrir una tienda tras la Iglesia De San Pedro de Mezonzo a la que se la bautizaría con el nombre de “Trapos”. Este establecimiento ofrecía, como en aquella época, un poco de todo. No como las grandes corporaciones y firmas que ahora conocemos que se basan en un género o un producto. En Trapos encontrábamos ropa de mujer, de hombre, de niño, sábanas, toallas, trapos de cocina, manteles… Si algo podía doblarse y guardarse en un armario, lo vendían.

Si a día de hoy tuviésemos estos oasis, ¿quién iría hasta centros comerciales para hacerse con lo mismo a día de hoy? Sólo pasar por la hazaña de conducir por el tráfico coruñés ya es un desafío en sí mismo.

En aquel momento el boca a boca hizo que este local se le quedase pequeño a la pareja.
La mudanza a la Sexta del Ensanche (hoy Gregorio Tovar) era inevitable. Una zona donde el comercio florecía y los clientes entraban y salían con la misma frecuencia con la que la lluvia visitaba la ciudad. Nada les iba a quitar la ilusión de abrir su nueva tienda, ni siquiera dos días antes cuando paseando por su nueva calle se encontraron con un letrero en el que se leía Trapos. Así que martillo y radial en mano la T con una simple raya pasó a ser una F.


Claro, “Frapos” sonaba al nombre de un marinero con amnesia. Pero donde algunos ven problemas, los gallegos ven soluciones. Así que con la agudeza característica de la tierra invirtieron “A” y la “R”.

Y así nació “FARPOS”.

¿Sonaba raro? Tal vez. ¿Era un golpe de genialidad? Sin duda.

Y el éxito no se hizo esperar. FARPOS se convirtió en lo que su predecesor había sido y más. La clientela siguió fiel, el negocio prosperó y la historia demostró que, a veces, una radial bien usada puede marcar la diferencia entre el fracaso y un comercio legendario.